Comienzas un tórrido romance y te asaltan dudas sobre lo que estás sintiendo. ¿Existen formas de saber desde un inicio, qué dirección tomará tu relación?
Conociste a esa persona que removió muchas emociones y lo miraste como candidato promisorio para iniciar una relación, surge un romance como ninguno antes vivido, pero existe un problema y lo adviertes en el transcurso del conocerse a diario, – es celoso – ¿cuánto? ¡Muy celoso! sin embargo te autoconvences que “tan solo” revisa tu celular esporádicamente, para cerciorarse que todo esté en orden pues él afirma que te ama tanto que “no quiere perderte”, consecuentemente te invade una sensación de duda y temor que se conjuga con ese deseo incesante de continuar abrazando esa ilusión que te motiva a creer que él puede cambiar, quizás lo haga más adelante, surge por tanto algo que se conoce como DISONANCIA COGNITIVA, experimentada cuando internamente se produce esa tensión o choque entre una o más ideas que están en conflicto, las cuales influyen significativamente en la toma de decisiones.
Después de esa primera cita, ella te flechó como Guillermo Tell, dándole al blanco de tus necesidades afectivas y con dirección a tus expectativas anheladas, su personalidad encantadora, así como su rostro risueño y amigable, activaron un sesgo cognitivo denominado EFECTO HALO, caracterizado por atribuir a una persona características positivas o atractivas, percibidas de primera mano. Al final de aquella noche su comportamiento prendió tu señal de alarma interna, al sonar tu celular ella enfureció, te interrogó y cuestionó sobre aquella llamada, tras gritar que “eres como todos los hombres”, dio vuelta y se alejó; minutos después, tras un llanto incontrolable te pidió perdón y te aseguró que no volvería a ocurrir. Con el pasar de los meses, sus constantes arranques de ira han generado ansiedad en ti, sin imaginártelo tu comportamiento está danzando al ritmo de tu pareja, subyugado por el temor de sus comportamientos impulsivos, amenazas y escenas erráticas. Te encuentras en medio de una disyuntiva, por un lado, quieres alejarte de esa intensa pesadilla de la cual sientes que no puedes salir y por el otro crees que debes continuar, porque no quieres rendirte en la relación, puesto que aprendiste de tus padres que a pesar de lo tormentoso que puede ser un matrimonio, “tienes que luchar”, aunque ello implique sufrimiento en constante evolución.
¿Cómo saber si tu apéndice está a punto de estallar? Respuesta: El insoportable dolor.
El dolor, es el indicador por antonomasia de que algo no está funcionando de forma adecuada en nuestro organismo. En el caso del ejemplo citado, el único método que resolverá tu dolencia es la cirugía, en la cual extirparán ese pequeño órgano, dándole fin a cualquier molestia. No importa cuantos analgésicos tomes, el dolor podrá desvanecerse por momentos, pero el problema seguirá allí, de hecho, el no acudir pronto con un facultativo, puede ser letal o acabar con tu vida. De igual forma ocurre en el aparataje psíquico, no importa cuanto evadas tu realidad, si el dolor emocional está en tu relación como un apéndice a punto de estallar, es momento de replantearte si continuar siendo parte de la enfermedad o en su defecto optar por una cura, antes que la infección tome por completo tus pensamientos, comprometa tu salud mental y acabe lentamente con tus sueños.
Es importante reconocer aspectos que son imprescindibles en el sistema de creencias que opera en el contexto de un enamoramiento, como son, los indicadores que caracterizan a una relación sana de una patológica, que en la mayoría de ocasiones son evidentes desde los albores de la dinámica interaccional de la pareja, traducidos en los elementos tanto implícitos como explícitos que se van manifestando en el desarrollo del conocerse mutuamente. Los primeros indicios de disconfort afectivo, incomodidad, inquietud, nerviosismo o intranquilidad constantes suelen ser sugestivos de un mal pronóstico. Muchas parejas en consulta suelen manifestarme que “han superado” algunos conflictos que los tuvieron desde el inicio de la relación, durante el proceso terapéutico reconocen que nunca lo superaron, tan solo “se acostumbraron” a un modus vivendi impregnado en sus rutinas y convivencias.
Si requieres orientación sobre este tema, no dudes en acudir con un profesional calificado para esclarecer tus interrogantes, busca ayuda si te sientes atrapado en una relación carente de objetivos y en la que prima el dolor, la inseguridad o la desconfianza. La detección temprana y un adecuado tratamiento puede salvar tu vida emocional o la de tu pareja.
Por. Nelson A. Jarrín