Intrusos mentales y actos rituales: La difícil odisea de un TOC

Imagínate por un momento que un insecto se posa en tu brazo, te molesta su presencia y al intentar retirarlo: viene uno más. Ahora son dos insectos los que te generan una molestia. Pero está bien, son solo dos pequeños e insignificantes insectos; emiten un sonido desagradable, intentas retirarlos y al hacerlo, se han convertido en cuatro. Piensas “¿Qué clase de bicho es este?”. De forma enérgica, intentas retirar a toda costa esos cuatro insectos localizados en tu cuerpo y en el acto, te das cuenta que ahora son ocho.

No sabes qué sucede, entras en desesperación, han pasado horas y piensas –  Quizás ahora sí pueda deshacerme de ellos- , Así que lo intentas una vez más y fue infructuoso, en ese momento son decenas de ellos, emitiendo un sonido perturbador intermitentemente.

Han pasado días y se convirtieron en cientos de insectos revoloteando alrededor de ti. Te das cuenta que no puedes quitártelos de encima y cada que lo intentas se multiplican; para calmar tu ansiedad cuentas hasta 10, el hacerlo te calma por instantes y ahora cada vez que los miles de bichos aparecen con su sonido aterrador, mitigas la ansiedad contando hasta 10, una y otra vez, durante todo el día.

Los insectos son la analogía de los pensamientos que una persona con TOC, tiene en su cabeza. A veces son imágenes, sensaciones, creencias, que revolotean en la mente; genera una considerable dosis de ansiedad en la que la persona se ve obligada a realizar una acción o ritual que disminuya la carga ansiosa.

TOC de Contaminación / Créditos: Cortesía.

¿Qué es el TOC?

El TOC o trastorno obsesivo – compulsivo es una enfermedad mental caracterizada por la presencia de obsesiones (ideas o pensamientos desagradables intrusivos persistentes) que la persona los experimenta con la imperiosa necesidad de evitarlos, no sentirlos o no pensarlos; las compulsiones por su parte son actos o conductas que se las realiza con el fin de contrarrestar, evitar o disminuir la ansiedad producida por las ideas obsesivas.

Existen diferentes tipos de TOC, entre los más comunes se encuentran:

  • Contaminación: Se caracteriza por la obsesión por la limpieza o en su defecto por la higiene, las personas que lo viven piensan que ellas o su entorno está sucio, lleno de bacterias o contaminado, aquel pensamiento se identifica como la obsesión y tienden a limpiarse, lavarse las manos, desinfectarse constantemente (compulsión) para eliminar la suciedad. Es importante mencionar que la pandemia ha desencadenado el aparecimiento de este síndrome en parte de la población y ha incrementado la intensidad en sujetos que la padecían.
  • Acumulación: Son personas que guardan muchos objetos como revistas, periódicos, libros viejos, envases etc. El miedo que surge en ellos, de deshacerse o botar aquellos objetos que en teoría, no se justifica guardarlos, es dominante. Una persona que padece este tipo de variante de TOC, posee una ingente carga de temor en cuanto al botar algo que considera importante, consecuentemente guarda todos los periódicos. El sufrimiento de estas personas se exacerba, cuando un familiar o amigo cercano, les pide que se deshagan de toda “aquella basura u objetos inservibles”. Existe una diferencia radical, entre el trastorno por acumulación y el síndrome de Diógenes. En el síndrome mencionado, se acumula basura, no siendo así con el trastorno por acumulación, en el que no es necesariamente se acumula basura.
  • Orden: Estas personas hacen un uso exagerado de reglas y pautas para colocar en orden todo a su alrededor, sienten la imperiosa necesidad de que todo esté alineado, recto, ordenado de menor a mayor, apilado o colocado de acuerdo a los colores, formas o texturas, entre otros.
  • Repetición: La obsesión que prima en este tipo de TOC, consiste en pensar que si no hacen un número determinado de cosas algo negativo o malo puede suceder. Por ejemplo, piensan que si no repiten 3 veces la palabra “santo” le sucederá algo malo a un familiar cercano, por lo tanto, repiten la palabra mencionada con el fin de que algo malo no ocurra.
  • Verificación: Caracterizada por la incontrolable tendencia a la comprobación, pasan horas comprobando que han hecho las cosas bien, caso contrario piensan que algo malo sucederá.  Un ejemplo clásico, está en el pensar que si no cierras la llave del gas habrá una explosión (obsesión), en consecuencia, compruebas persistentemente que has cerrado la llave del gas (compulsión).
  • Fobia de impulso: Miedo intenso a hacerse daño o a hacer daño a alguien. 

Las causas de este trastorno son múltiples, existe versatilidad de teorías en torno al mismo. Muchos de los pacientes que he tratado, lo desarrollaron desde su infancia, sin embargo, en el transcurso de las sesiones de psicoterapia que lo identifican.

En ocasiones los síntomas aparecen concomitantemente al presentarse sintomatología depresiva. También pueden desencadenarse por eventos traumáticos; experiencias emocionales dolorosas; dificultades en la identificación de preferencia sexual; problemas familiares; eventos estresantes; entre otros.

La desesperación que se origina al experimentar los primeros síntomas regularmente provocan una ansiedad descrita como incontrolable e incluso en ocasiones, ataques de pánico. Cuando la persona intenta suprimir aquellos pensamientos, la fuerza que tienen los “intrusos mentales”, se eleva.

Suelo compararlo, con algunos virus informáticos y de teléfonos móviles, que producen que la capacidad de almacenamiento de tu ordenador esté al límite; entonces eliminas archivos de toda índole, dando como resultado paradójicamente, que el porcentaje de espacio no solo que no se amplió, al contrario, ahora tienes menos espacio, preguntándote “¿qué estoy haciendo mal?”, y es que el problema no eres tú, ni el aparato electrónico que posees, es el virus que está dentro de él.

Uno de los principios que suelo enseñarles a mis pacientes, es que mientras más intenten evitar esos pensamientos, vienen con más fuerza, por tanto, les proporciono técnicas que ayudan a reducir su ansiedad al igual que sus pensamientos intrusivos, recordándoles la diferencia entre quienes son y los síntomas de su enfermedad, dado que, en ciertas clases de TOC, los pensamientos en primera persona, pueden ser tan “terroríficos” que él o ella, cree que es un ser “cruel o despiadado”

Finalizo, enfocando al contexto de los miembros de la familia y amistades de las personas que padecen TOC. En su intento de ayudarles, en reiteradas ocasiones malogran el estado emocional de su allegado, puesto que, desde fuera en perspectiva, uno pensaría “pero simplemente es cuestión de controlar tus pensamientos… al fin y al cabo, todo está en la mente”. Lamento informarles que ese el problema, por cuanto, “todo está en la mente”, eso lo hace aún más difícil.

¿Cómo ayudarlos? Escúchalos, no minimices su enfermedad, no invalides lo que te refieren, apóyalos, investiga sobre la enfermedad y respáldalos con un abrazo o un gesto de afecto, en sus logros o avances.

Un TOC no tratado a tiempo con un profesional de la Salud mental, sea un psicólogo o un psiquiatra, puede traer graves complicaciones en la esfera emocional de la persona que lo padece.

Por. Nelson A. Jarrín

Psicólogo clínico y psicoterapeuta.

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